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A continuacion un breve estudio del pastor Wilson Campoverde que nos ayudara a introducirnos en el tema.
La gracia nos introduce a una relación con Dios en la que el Espíritu Santo nos capacita para vivir
en victoria sobre los deseos carnales. Por la gracia somos salvos y libres no para satisfacer la carne sino
para que el Espíritu nos controle y produzca en nosotros Su fruto. Una persona que por gracia entiende
la obra del Espíritu Santo aborrecerá las obras de la carne.
La ley tiene que ver con lo que el hombre hace y la gracia con lo que Dios ha hecho a favor del hombre.
6. Entendiendo la Gracia
Dos tiempos distintos
Una de las verdades más importantes para el cristianismo es mal entendida o ignorada: “Estamos bajo
la Gracia y no bajo la Ley.” (Romanos 6:14)
¿Qué quiere decir esto? Antes de la muerte de Cristo todo hombre o mujer que quería acercarse a Dios tenía
que hacerlo a través del sistema judío. Debía someterse a las leyes ceremoniales y ofrecer sacricios por sus
pecados. En el libro de los Hechos capítulo dos vemos como venían de todas partes para la celebración de
Pentecostés, una de las celebraciones de convocación, es decir que tenían que asistir a esa esta en Jerusalén.
En los días de Jesús los fariseos eran muy celosos de la ley aunque la interpretaban a su manera.
Cuando Jesús introduce la Gracia, eso les enojó sobremanera. De igual manera a Pablo lo querían matar por
esas enseñanzas. El Concilio de Jerusalén fue realizado para tratar con el problema: Los judíos legalistas
demandaban que los gentiles para ser cristianos tenían que circuncidarse, les obligaban a guardar la ley. (Hechos
15:1)
¿Qué es la ley?
En Romanos 6:14 se usa este término “ley” para referirse al sistema legalista antiguo
que practicaban los judíos. La fórmula era: oir la palabra, obedecerla y recibirían bendiciones
(Deuteronomio 28:1, 2). Este concepto arma: “Pórtate bien para que Dios te bendiga.” La ley
contesta esta pregunta: ¿Qué debe hacer el hombre?
Pero los cristianos no estamos bajo ningún sistema legalista porque la gracia contesta a
otra pregunta: ¿Qué ha hecho Dios en favor del hombre? Dios nos acepta en Cristo y no en
las obras que podamos producir. Básicamente nuestras obras son fruto de nuestra relación con
Dios. Obramos porque somos salvos y no para ser salvos.
Analizando la historia del pueblo de Israel veremos que Dios por misericordia les
mantuvo. Los judíos jamás guardaron la ley y aunque se jactaron de hacerlo fallaban en algún
punto. Por las obras de la ley nadie se salva, siempre ha sido por gracia por medio de la fe.
Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que
yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas
bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios. (Deuteronomio 28:1,2)
El mal entendido
Cuando visito iglesias locales oigo este comentario: “Si es por gracia entonces puedo hacer lo que me
de la gana.” Las personas que hacen ese comentario no han entendido la gracia. Regularmente son personas
legalistas que pretenden ser espirituales cuando muy adentro de su corazón saben que son hipócritas. Alguna
vez le dije a un pastor: “¿Las cosas que pides que hagan los miembros de la iglesia, las cumples tú?”
Se enojó y no quizo hablar conmigo. Otros enseñan que tienen que guardar los mandamientos porque si no
perderán la salvación. Le pregunté a otro pastor: “¿Tú ya no pecas?” Se quedó callado y me contestó: “Bueno
no cometo adulterio, ni mato.” Esa respuesta pone a los pecados en diferentes niveles: pecados mortales y
pecados no tan graves. Cuando le contesté que Dios mira todos los pecados iguales se molestó. Finalmente le
pregunté: “¿Tú realmente crees que se pierde la salvación?” A lo que me contestó: “No, no creo eso, pero si
les digo que es por gracia entonces les estoy ofreciendo una licencia para pecar.”
Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino
servíos por amor los unos a los otros.( Gálatas 5:13)
Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros (Romanos 6:14)
El error
Entre los cristianos hay un error común que es: Mezclar la gracia y la ley. En un estudio bíblico uno de
los asistentes armaba que el cristiano tiene que cambiar su vida para ser salvo. De manera ingenua se mezcla
la gracia con la ley. Le pregunté: “¿Crees que la salvación es por gracia y punto o por gracia y obras.” Sin
vacilar me contestó: “Por gracia y obras.” Lewis Sperry Chafer en su libro La Gracia el Tema Glorioso hace
este comentario: “Si no es 100% gracia entonces es ley”.
Una persona que cree al evangelio de acuerdo a Efesios 1:13 es sellada con el Espíritu Santo. La gracia
hace posible que Dios ponga dentro de nosotros la presencia de Su Espíritu que nos capacita para vivir una vida
nueva. Por otro lado Gálatas 5:17 arma que la carne y el Espíritu nunca estarán de acuerdo.
La ley Dice: obedece / esfuerzo humano Tratamos en la carne
La gracia Dice: cree / Dios obra En el poder del Espíritu Santo
Si el hombre pudiera obedecer a Dios y ser salvo en sus propios esfuerzos entonces tendría de que
gloriarse, pero no delante de Dios. La verdad es que todos pecamos y por ello fuimos destituidos de la gloria de
Dios. El proveyó la sangre de Cristo para limpiarnos de nuestros pecados y también la Cruz de Cristo para tratar
con el hombre viejo a n de que no sirvamos más al pecado.
Hay algo que notar: La carne produce sus obras descritas en Gálatas 5:19-21; El Espíritu produce Su
fruto en Gálatas 5:22-23. Hay una diferencia entre obras y fruto. Las primeras las hacemos nosotros, lo
segundo lo produce El en nosotros.
La enseñanza de Cristo al respecto
La Biblia tiene dos grandes divisiones: Antiguo y Nuevo Testamentos. El centro de los dos es la Cruz.
El último profeta del Antiguo Testamento es Juan el Bautista. Eso cambia nuestra manera de ver la vida y
ministerio de Jesús. El se sometió al sistema legalista judío porque vino a cumplir la ley. Pero tenemos que
aceptar que introdujo el tiempo de la gracia.
Pues os digo, que Cristo Jesús vino a ser siervo de la circuncisión para mostrar la verdad de Dios, para conrmar las
promesas hechas a los padres, y para que los gentiles gloriquen a Dios por su misericordia, como está escrito por tanto, yo
te confesaré entre los gentiles, Y cantaré a tu nombre. (Romanos 15:8, 9)
Jesús vino a cumplir las promesas de Dios a los judíos y también a impartir misericordia a los gentiles.
La relación de Jesús con Israel fue única ya que cumpliría las grandes promesas mesiánicas que fueron
dadas solamente al pueblo judío. Como un judío, reconocía, guardaba, enseñaba y pedía que se cumpliera
la ley. Como Salvador y la esperanza del mundo estableció abiertamente la salvación por gracia. Esta vida
pertenece a los que creen a Su Palabra.

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